jueves, 9 de febrero de 2017

Las 22 leyes del marketing en la vida (primera parte)

Las 22 leyes  inmutables del marketing en la vida 
(primera parte)

No soy mercadóloga, y aunque llevé la materia de marketing por un breve periodo, me pareció una maravilla el tener un vistazo al punto de vista de Al Ries y Jack Trout, quienes han marcado la historia con 22 leyes que han sido aplicables en grandes empresas como lo son Coca Cola, Pepsi y que han dado resultado, buscando el posicionamiento, la lealtad hacia la marca y para otras situaciones, el nacimiento de un producto o una nueva tendencia.

Pensándolo de un punto de vista de una mortal, de alguien que realmente no se dedica al desarrollo empresarial ni al surgimiento de marca, aún así me parece interesante la aplicación de estas leyes en el desarrollo humano y posicionamiento de marca en oportunidades laborales e incluso, personales.

Ley de liderazgo

¿Qué es liderazgo? Exactamente, se define como la influencia que se ejerce sobre otras personas y que permite un mejor incentivo a la hora de realizar actividades.  En mercadotecnia, es el proceso organizacional a través del cual una empresa o institución establece una relación de valor con el público meta, buscando que ambas partes obtengan un beneficio a través de un intercambio de bienes o servicios.

La ley de liderazgo es sencilla de entender: “Es mejor ser el primero que ser el mejor”.

Es por eso que las primeras veces sean laborales, relaciones personales o experiencias, terminan por ser recordados a lo largo de nuestros días siguientes.

¿Quién es el mejor astronauta de la historia? Cinco. Cuatro. Tres. ¿Te viene un nombre a la mente? Dos. Uno…

Sencillo. Aunque no sea el mejor, ha quedado en la historia que Armstrong fue el primero, y por consiguiente, fue la primer persona que vino a nuestra mente cuando se formuló la pregunta.

Puede que una marca no sea lo mejor pero eso no significa que sea la primera en llegar al consumidor.

Eso también ocurre en la vida personal. Si uno pregunta sobre una relación amorosa, amistosa o laboral, ¿cuál fue la mejor? Indudablemente aparecerá en nuestra mente de la persona o de la empresa con la que nos relacionamos primero aunque tal vez no haya sido lo mejor.

Entonces, ¿qué cualidad puede entrar en liderazgo si presento mi CV?  ¿Qué competencia puedo tener que alguien más no?

Ley de categoría

Similar a la de liderazgo, pero un poco más creativa.
Estamos en un medio competitivo en todos los aspectos, y a veces, no podremos tener esa ley de liderazgo aunque lo intentemos arduamente.

La ley de la categoría se define como la creación de nuestra propia categoría, nuestra propia fortaleza y ahí, ser definitivamente los líderes.

Sencillamente, es innovar.

Ley de la mente

Corresponde a las leyes anteriores, y definiéndose como presencia de marca.
Simplificándose, el escuchar un producto y pensar inmediatamente en la marca, aunque no sea líder o no tenga categoría propia.
La inversión en algo que permanezca en la mente del consumidor rinde frutos cada vez que relacionas directamente con la marca.

En la secundaria, dos de los profesores que me vienen a la mente por una clase diferente y que hasta la fecha, sigo recordando.

Uno de ellos, cada vez que daba los apuntes, hacía dibujos increíbles en el pizarrón, incitándonos a realizarlos al tiempo que estudiábamos o hacíamos retroalimentación.

Otro, sin duda, contaba siempre chistes entre clase para aligerar el ambiente y hacer que el rendimiento mejorara.

Ambos eran de la misma materia, ambos aplicaron la ley de la mente, dejando huella con un detalle sencillo.

En psicología, se le llama anclaje e incluso, varias empresas ya han adquirido esta estrategia de mercado, entre ellas, Donkin Donuts.

Donkin Donuts implementó una estrategia en la que, en un autobús de Seúl, puso un aparato que liberaría aroma a café en un determinado rango de tiempo, esto por las mañanas, para ir induciendo a las personas a tener cierto antojo por un café. Y, justo cuando llegan a una de las paradas, está la sucursal esperando a los consumidores.

Se relaciona una sensación a una emoción, se relaciona algo diferente e innovador con una marca que, “sin querer”, está en nuestra mente.

Ley de percepción

El marketing no es una batalla de productos, sino de percepciones.

La mente del consumidor es tan poderosa que puede darle atributos o defectos a un producto, y es donde rige una emoción, sentimiento y percepción.

Se relaciona una marca con alguna cualidad, y uno de los ejemplos es que en Estados Unidos, la marca japonesa Honda fue ligada directamente a los automóviles, pero en Japón, se relacionaba a las motocicletas y no tenía un éxito tal como en tierras extranjeras.

En definitiva, se asocia una experiencia o una cualidad con una de las marcas e incluso, con una persona.

Ley de Enfoque

Dar una dirección a una idea y propulsarla para que se mantenga en la mente de un consumidor es lo que podría definir esta ley.

Al ser relacionada con una palabra, una persona o marca será evocada inconscientemente. De nuevo, un anclaje en psicología que permite relacionar rápidamente.

Volvo es relacionado a la seguridad y Mercedes en una de las empresas que tiene la mejor ingeniería automotriz.

Quiero creer que el conocer las 22 leyes del marketing en la vida laboral y hasta en las relaciones personales puede mejorar el desarrollo y el posicionamiento de nuestra persona, dándonos mayores oportunidades cuando creemos que algo es complicado, porque es bueno pensar estratégicamente para un menor margen de error.


lunes, 26 de septiembre de 2016

El paso que lleva al viaje de mil millas


Cuando tuve el boleto de avión en mano, fue cuando por fin comprendí que ningún sueño es demasiado grande o demasiado pequeño como para cumplirse. La mayoría, tiene la aspiración de conseguir un auto al entrar a la universidad y obtener un empleo bien pagado, lo cual no está para nada mal, aunque yo sólo deseaba salir y ver la densidad de las nubes tras el cristal de la ventana del avión, sin importar el destino o las situaciones diferentes que me tocaran vivir.
No creí que iba a vivir durante un año fuera de México hasta que tuve el boleto de avión, algo que me hizo soltar algunas lágrimas de felicidad, y más porque había esperado esto durante tanto tiempo. Lo había anhelado.
Salir de intercambio era como una de esas metas que escribes cuando estás en la secundaria, que cuando en la preparatoria te preguntan sobre plan de vida lo incluyes, y en la universidad, es el plan en el que quieres concentrarte antes de pensar en prácticas, servicio social, tesis y empleo.
Esa era mi prioridad. Lo fue.
Y citando a Lao Tze, ese ha sido el primer paso de un viaje de mil millas que estoy dispuesta a recorrer constantemente porque estaba ansiosa por vivir algo así, y al final valió tanto la pena (lo valió todo) que estoy pensando seriamente en cómo volver.
Con un paso a la vez, al llegar al aeropuerto de Incheon, aún seguía sin creerlo. Creo que era demasiado surrealista para mí, y aunque pude haber tenido el famoso choque cultural, había estado siempre a la expectativa de algo como esto que pareció no afectarme, y si lo hizo… realmente no me di cuenta.
Con un par de pasos más, estaba en la estación de tren de Hyehwa, dispuesta a perderme sin saber a dónde ir, sin conocer a nadie y con la esperanza de encontrar la disquera de mi banda favorita solo para creer que podría verla por un segundo. Y aunque no ocurrió, al final, terminé por ver tres de sus presentaciones, por ser invitada de la estación de radio Arirang y por conocer a mi locutor favorito.
Al perder la cuenta de los pasos que di, aquellos que me llevaron a Hongdae de fiesta, a Gangnam por un café con mi amiga Ju Hee, a los karaokes para desestresarme, a Dongdaemun History and Culture Park para ver a Lunafly y a Yeouido a ver las flores de cerezo, comencé a hacer historia en un país distinto en el que coincidí con experiencias, amigos y hasta familia que echo de menos ahora mismo. Y esos… son pocos pasos que puedo recordar.
Unos pocos que me llevaron a lugares significativos.
Tal vez son cosas sencillas, pero el hecho de escribir sobre ellas hace que mi piel se erice y añore esos días en los que tal vez no puedo volver, pero que tal vez en un futuro no muy lejano, podré repetir esa ruta para encontrarme con eso que puedo llamar felicidad.
Las oportunidades aparecen en la vida, si eres afortunado y la dejas pasar por una vez, quizá… Sólo a veces, se vuelven a presentar. Pero es importante también saber aprovechar los momentos que se nos ofrecen.
Sólo sé que mi corazón encontró un lugar donde también puede ser llamado hogar, donde estoy tranquila y donde sé que volveré…

Sólo es cuestión de tiempo.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Miedo en la colina / Fear on the hill

Dream team
Después del examen y de la preocupación innecesaria al pensar que no rompería ninguna de las tablas, llegó la calma y la inquietud de nuevos retos. ¿Nuevos retos? Suena como un libro de auto ayuda, fue lo primero que vino a la mente, no es que quiera bajarle el trabajo a Carlos Cuauhtémoc Sánchez. En realidad, vino la celebración en grupo, la comida, un poco de soju (¿no es así?) y momento de hablar sobre un viaje en grupo.

Expert level
Simplemente, la pregunta se elevó en el aire, un sencillo “¿Quieres ir a esquíar?”.Había escuchado a mis amigas sobre los planes de ir, sobre la nieve y los deportes de invierno, las ganas de algo diferente. Una parte de mi estaba tratando de decir que sí mientras que en mi parte coherente me indicó que probablemente rodaría un montón de veces, que terminaría con un montón de moretones o tal vez una pierna rota. Sí, no estoy acostumbrada a la nieve… pero exageré.
Iré si tú vas. Pequeña cita que puedo mencionar, algo que me hizo afirmar mis ganas de ir, digo, ¿por qué no?
Entonces, el día de Independencia de la República de Corea me encontré a mí misma tomando un autobús a las siete de la mañana para llegar y reunirme con mis amigos. Lo que puedo decir fue que el trayecto fue un poco entretenido, tal vez porque estaba somnolienta o porque la mayor parte del camino terminé escuchando una conversación en coreano, demonios, ¿no se supone que debo de escuchar eso? Tal vez es la primera vez que me puedo dar cuenta sobre la barrera de lenguaje y mis ganas de expresarme con claridad pero puedo conformarme con el uso limitado, pronto podré aprender un poco más de expresiones… 
Before dares... Selfie!
mientras tanto, escucharé atentamente a aquellas voces pacientes que intentan comunicarse conmigo. Recordé viajes familiares y sentí cierto dejo de añoranza, al mismo tiempo, me emocioné porque aunque era diferente, me daba esa sensación de calidez. Es un buen camino, ¿no es así? Y, entre conversaciones y canciones de pop coreano, llegamos finalmente a la primera parada.
Gangwon.
We wanted to fit as team. Same color, share spirit.
Gangwon está a una hora y media de Seúl, al norte del país, y conocido también por Seoraksan National Park.

La primer parada fue para la adquisición de equipo, es decir, ropa y material para deslizarse (sí, suena medio pomposo) sobre la nieve. Entre risas, comentarios, elegimos la ropa necesaria y lo que definiría nuestra diversión: snowboard o skii



Vivaldi Park es un complejo turístico en el que las colinas permiten disfrutar de la diversión congelada (no me quedé con las ganas, tenía que cantar “Do you want to build a snowman?”) donde las pistas se dividen por dificuldad, es decir, fácil, intermedio y avanzado pero con los nombres maravillosos de “Balada”, “Jazz” y “Techno”.
Y comenzó la aventura.

Lo primero, fue subir a la telesilla/ski lift, asiento para cuatro personas que te lleva a la cima para que entonces, puedas deslizarte. ¿Felicidad? ¿Adrenalina? El simple hecho de contemplar la suavidad de la nieve bajo mis pies, dejando de lado la momentánea y fugaz crisis de vértigo, me impresionó.
En las alturas
Lo siguiente, fue colocar la tabla, asegurarla y aprender a deslizar con suavidad, lo que probablemente le tomó a Amy (Eun Ho) un buen tiempo, lo suficiente para probar su paciencia.
El reto fue no torcer el cuerpo, aprender a mantenerse de pie en los talones, mantener el equilibrio, aprender a pararse sin morir en el intento y sobre todo, lo más importante, perder el miedo.
Creo que la peor limitación puede ser la que nos imponemos nosotros mismos, y el miedo debe de ser lo más terrible a lo que nos aferramos. No cuesta darte cuenta de ese hecho, más bien, es difícil aplicarlo con plenitud.
Tras varios intentos, caídas, sentonazos y moretones, compartí un momento increíble con las personas indicadas, y con el deseo latente de volver en algún momento, porque después de todo, ¿por qué no intentarlo otra vez?

*--------------------*-------------------*-------------------*-------------------*-------------------*---------------*

After the test and unnecesary worries about not breaking any piece of wood, calm arrived and the ambition of new challenges. New challenges? Sounds like a self-help book, but it’s what came to my mind instantly, and I am not interested of having the Carlos Cuauhtemoc Sánchez job’s anyway (mexican writer). The fact, it was time to celebrate in team, you know. Food, a cup of soju (isn’t it?) and time to plan a trip with our group.
Equipo
Simply, question cameo out, so light and in the air: “Do you want to go and skii?”
I’d heard my friends to speak about skiing, snow sports and the challenge of trying something different. One part of my thoughts was trying to say definetly “Yes” meanwhile my reasonable part was trying to warn me about the times that I would end up in the floor with injuries and maybe, a broken leg. Yes, I am not used to snow… but I over reacted.
Will go if you do. Little quote that I can write and something that made me feel confident to try and calm my curiosity. I mean… why not?
Then, the Independence day of South Korea, I found myself waiting for the bus at seven o’ clock in the morning to get there and meet my friends. 
I can tell that the way to Vivaldi Park was a little bit quiet for me, maybe because I was sleepy or just because most of the time I heard korean conversation, hell, is not supposed to be like that? Maybe it’s the first time that I realize about language bareer and my need (and personal wish) to express clearly what I think but by now, it’s good to know that at least, the basic stuff it’s kind ok. Meanwhile, I will listen carefuly to those kind and patient voices that also try to communicate with me.
Reminded all those family trips and felt melancholic, at the same time, excited about the fact that even though it’s quite different, I had the same warm feeling. It’s a great way to go, isn’t it? And between conversations, laughter and k-pop songs, we got finally to the first stop.
Gangwon.


It takes like one hour and a half to get there, it’s in the north of the country and also, well known because Seoraksan National Park is there.
We adquired the equipment, clothes and material to slide in snow. With laughts, comments and pictures, we chose the stuff we needed and we defined what we wanted to do: snowboard or skii.
Vivaldi Park is a turistic place in which the hills can make you feel the joy of the frozen fun (Yep… I couldn’t help but sing “Do you want to build a snowman?”) where the hills are divided by difficulty like easy, intermediate and advanced but with cool names like “Ballad”, “Jazz” and “Techno”.

 First, to get to the top, we had to use the ski lift. Happiness? Rush? Simple fact is that contemplating the softness of the snow under my feets and forgetting somehow that scary feeling of being in the air. I was amazed.

Next… Snowboard. Learn how to use it and how to move, which maybe took a great amount of time to Amy (Eun Ho) and was a little test for her and her patience.
I was dared to keep myself in balance (hard) and not to twist my body. To keep myself standing on my heels and try not to die while I was learning… But most important, overcome that fear.
The worst limitation that anyone can have is the one we feed, and fear must be the worst enemy and the one in which we rely on. It’s not hard to notice this fact but hard to apply it.

After trying, falling, hitting myself on the snow and bruises, I shared an incredible moment with the right people. Looking for coming back at anytime, because after all, why not trying one more time?
Yep... that's me. I didn't die nor broke a leg. 







domingo, 21 de febrero de 2016

Crónicas de un cinturón blanco

Hello. It's me. I was wondering if after all this time you'd like to read...




Siempre he creído que lo mejor que puede ocurrirte, es una serendipia. La serendipia es aquello bueno que encuentras en tu camino sin si quiera buscarlo, y que termina convirtiéndose en algo que te beneficia y marca el momento.

Recuerdo bien que la mía comenzó con un curso de orientación y un programa de negocios, lo único que sabía era que tendríamos un día lleno de actividades en las que conoceríamos más de cerca la cultura coreana.
Al venir a Seúl, hay cosas que definitivamente se deben de intentar antes de volver a poner un pie en el avión para regresar, es bueno darle una oportunidad a la historia de la Dinastía Joseon, la comida típica y también, aquellos pequeños pero grandes detalles que hacen que el país destaque aunque sin si quiera sabemos al respecto: el deporte.
Cuando pensamos en Asia, definitivamente vienen a nosotros una serie de estereotipos pero también, datos culturales, y como referencia, Artes Marciales.
Japón, Corea del Sur, Corea del Norte y China comparten una serie de conocimientos en cuanto a las artes marciales, haciendo propia sus técnicas y compartiéndolas al mundo, incluso siendo participe en los juegos olímpicos.
La primera vez que entré al Dojang (término usado en las artes marciales coreanas, tal y como es el Taekwondo, Kuk Sool Won y el Hapkido, se refiere a un salón formal para entrenar), no tenía mucha idea sobre lo que trata realmente. En realidad, era una clase de prueba para el curso de negocios y era un pequeño vistazo en este mundo. 

Ahora, cada tarde, al entrar al Dojang hay algo que transmite tranquilidad. Tal vez es el balance de los colores, la forma de la acomodación del lugar o la calidez de las personas, seguramente es todo eso.

Arirang Taekwondo comenzó en el 2007 como un club dedicado a un público joven-adulto, porque lamentablemente este deporte está enseñándose a niños y conforme crecen, pierden el interés. Pero lo más importante de esto, es que Master Jin, no sólo promueve con adultos, sino que también, integra a todos aquellos extranjeros para que no se pierda el conocimiento.
Y esa, hasta ahora, ha sido una de las serendipias más recientes que me ha tocado encontrar.
Por ahora, observar la bandera de Corea del Sur y la cita de Bruce Lee me hace sentir inspirada y estoy segura que si alguna vez, persona que lees esto, tienes la oportunidad de visitar el lugar, te darás cuenta de que el ambiente te hace sentir casi como en casa, sobre todo, por la calidez humana que se derrocha ahí dentro.



martes, 1 de septiembre de 2015

Todos iguales

Sigo inmersa en las primeras ocasiones. La primer clase, el primer salón, el primer amigo; justo cuando te das cuenta de lo valioso que es eso que te queda en la memoria, sea bueno o no.
Me quedé perpleja porque toda la clase, a excepción de dos de nosotros, son de China. La otra chica es de Taiwán, así que soy la única mexicana, latinoamericana y americana que se encuentra en clase. Es complicado porque mi nombre vagamente lo pueden decir, es un esfuerzo constante por poderlo pronunciar y hasta las profesoras parecen un poco atormentadas por el hecho de tener que decir un apellido tan largo y, sobre todo, romanizado.
Recuerdo bien que cuando estaba en Guadalajara, era fácil encontrar a chicos de intercambio y pensar que podrían ser independientes y lograr cualquier cosa pero es verdad que en este punto, observando su entorno, me parece un logro total y es cuando me han llegado varias preguntas, ¿ellos nos verán a todos iguales?
Es a lo que quiero llegar.
Usualmente, las personas tienden a desvalorizar las cosas, o quizá, a hacerlas ver de forma inferior, riendo de cosas que probablemente no conocemos o de las que podemos estar asustados. Y me refiero a los comentarios de “Todos los chinos son iguales” o “¿Corea, Japón y China? ¿Cuál es la diferencia? Todos tienen los ojos rasgados”. Estos comentarios, a pesar de que tienen un trasfondo “divertido”, actualmente me parecen totalmente estúpidos.
Hemos crecido con la idea que las personas asiáticas son extrañas, es un ciclo constante en el que nos hemos alimentado de creencias que son quizá, erróneas y que nos han orillado simplemente a marcar etiquetas en seres humanos, algo que hasta nosotros mismos, seamos latinoamericanos o no, hemos vivido durante mucho tiempo.
Cada uno tiene un país de origen, y deberíamos de estar orgullosos de ello, porque es nuestro hogar y nuestra cultura, es a donde pertenecemos y es lo que dice quién eres realmente; sin importar nacionalidad, creo que es importante reconocer el país de origen de cada uno porque es la identidad de cada uno, dejando de lado las características físicas, similares o diferentes.
No todos los japoneses tienen ojos rasgados, claramente, este año fue el caso de la participante a Miss Universo por parte de Japón.
Fotografía de Miss universo Nagasaki (Japón) 2015
Es sorprendente saber que el estereotipo de belleza en este lado del mundo sea tan riguroso, las mujeres están casi obsesionadas por tener el ojo más grande, sometiéndose a cirugías y usando pupilentes, acostumbrándose a rutinas dolorosas, intentando alcanzar lo que para ellas es la perfección, cuando en realidad, la característica de tener los ojos rasgados, a mi parecer, es parte de su belleza y cultura.

No me pongo a criticar estereotipos de belleza, costumbres o bromas respecto a los asiáticos, simplemente deseo compartir que, a pesar de que seamos de México, China, Japón, Corea, Brasil, Francia o Alemania; todos seguimos siendo lo mismo: seres humanos. Todos somos iguales, buscamos felicidad y una buena calidad de vida, buscamos afecto y aceptación, buscamos sobrevivir a como de lugar. Entonces, ¿importa si todos nos vemos igual?